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Resolución de Año Nuevo para un cristiano

  • Foto del escritor: salyluzpr
    salyluzpr
  • 13 feb 2018
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 12 nov 2018

Joven lector, sea en edad o en espíritu, bienvenido a este espacio que es tan tuyo como nuestro. Desde hace un tiempo sentía la inquietud de escribirte. No sabía de qué debía hablarte, o cuándo exactamente comenzar, pero sí sabía que debía hacerlo y a la mayor brevedad posible. Y qué mejor fecha para comenzar, que con el comienzo de este año 2018. Espero que estos escritos te sean tan útiles a ti, como a mí porque en el camino también se aprende.

Y qué mejor manera de comenzar el nuevo año que hablando de las ¡Resoluciones de Año Nuevo! Sí, resoluciones, y claro, cómo no escribirles de este tema, si es todo lo que se habla al comenzar un nuevo año, si escuchamos al joven, al mayor, hablando de las resoluciones, qué son esas cosas que desean cumplir para el nuevo año. Ahora, he escuchado un sinnúmero de cosas; por ejemplo, están quienes desean bajar o subir de peso, sea por razones de salud o meramente estéticas. Están los que en sus resoluciones se encuentra viajar, sea un viaje de poca duración, como viajes más largos. Otros se proponen a buscar un mejor empleo, o en el caso de los más jóvenes a tener mejor promedio académico. Que en resumidas cuentas, sí son aspectos importantes de la vida. Y no está mal aspirar a que estos detalles de tu vida sean mejores. Ahora, como cristiano, te has puesto a pensar, ¿y qué pasaría si este año no solo mejoro estos detalles que son importantes para mi bienestar físico y quizás para tener una mejor calidad de vida? Pero, ¿y qué pasa con mi vida espiritual? Muchas veces nos ocupamos de todo, y de todos, pero prestamos muy poca atención a las cosas de Dios, a no ser que sea que le necesitemos. Y es ahí cuando llega el problema, que cuando le necesitamos, no nos encontramos suficientemente preparados para poder soportar esa situación, pero no te preocupes, que sea que pertenezcas a una comunidad parroquial, vayas a grupos juveniles, o solo tu tiempo te permita ir a misa cada domingo, tengo unos consejos útiles de resoluciones que debe tener en cuenta el joven (de cuerpo o espíritu) en este año 2018:


1. Ore: Así de simple, ore. Pero ¿cómo así? “Yo no sé orar, yo no me atrevo a hacerlo, apenas conozco de Dios, y me pides que ya me empiece a orar, ¡Ugh! Pero con lo difícil que es orar cada día, que yo estudio, trabajo y llego a mi casa muerto de cansancio, se me hace imposible sacar el tiempo para orar”. Tranquilo que sé que todas estas preguntas te llegan a la mente cuando de orar se trata, pero ¿qué es orar? Es tan fácil como hablar con Dios, o sea que vas de camino a tu escuela, tu universidad, tu trabajo y mientras vas de camino, ¿acaso no puedes tomar 1 minuto para decir: “Señor te agradezco por este nuevo día que comienza, solo por el don de la vida te doy gracias, te pido que seas tú quien guíe mis pasos en el día de hoy, bendice cada una de las actividades que realice, cuida mi camino y a las personas que se crucen en él. Amén.”? Y si al principio, por la razón que sea, no llegan a tu pensamiento las palabras que crees correctas, porque te digo no hay palabras incorrectas, ya que Dios conoce nuestro corazón, y recibe la acción de gracias y también las peticiones, comienza con un Padre Nuestro, o simplemente dale gracias. Poco a poco esa oración aumentará y tu vida se llenará de más y más bendiciones a medida que aumenta tu comunicación con Dios.

2. Lea: Y muchas veces leer nos cuesta, pero si lo piensas bien, no cuesta tanto. Pasamos el día entero leyendo el newsfeed de nuestras redes sociales, y cuanto artículo “interesante” lo compartimos para que otros lo lean. Leemos libros enteros, en muy poco tiempo y muchas veces estos libros y novelas, que no son para nada edificantes y mucho menos puros. Pero cuando se trata de libros que nos llenan el alma, entonces nos quejamos de que resulta aburrido, poco interesante, que eso me da mucho sueño o me produce pereza leer. Ahora bien, existen muchas maneras y libros que nos pueden edificar y aumentar nuestra vida espiritual, qué mejor que comenzar con La Santa Biblia. No la tienes que leer completa con la rapidez con la que lees una novela cualquiera, pero sí puedes empezar como con la oración, paso a paso. Comienza con aunque sea tomar 10 minutos de tu tan ocupada agenda y sea que tengas una biblia en cualquier rincón de la casa. Y si no la tienes, te recomiendo que la consigas de manera impresa, o sea un libro, o la tengas de manera digital, a través de las muchas aplicaciones que existen. Solo toma 10 minutos, y aunque existen muchas guías que sugieren formas de leer la Biblia, por ejemplo con qué libros comenzar o qué leer primero, si no tienes ninguna de estas guías, o no tienes ninguna idea, pues comienza desde el principio, con el Génesis. Verás cómo tu vida cambia a medida que te enriqueces con la Palabra; te llenas de sabiduría, ya que la palabra no pasa; el Dios que habló ayer, te habla hoy de la misma manera y con las mismas palabras que van a tu situación. Conoces de la historia, además de historias que nos enseñan que para Dios no hay nada imposible. Otra manera que nosotros los Cristianos Católicos tenemos para poder enriquecernos a través de la lectura es precisamente con la Vida de los Santos. A través de su historia y ejemplo de vida vemos cómo Dios se manifiesta en cada uno de nosotros, de tantas maneras; son nuestro mejor ejemplo a seguir.

3. Haga Apostolado: Cuando pensamos en el apostolado, quizás nos vienen a la mente cosas grandes: ir de misión a alguna parte del mundo lejos de nosotros, hacer cosas extraordinarias. Y aunque nosotros sí estamos llamados a ir por el mundo y evangelizar, podemos comenzar con ese apostolado desde lo más cerca de nosotros: visitando al anciano que está solo en su hogar, dando de comer al desamparado, siempre hay tanto por hacer a favor de la comunidad, alguien que necesita una ayuda pequeña, que lo verá como un gesto grande. Esto se puede comenzar una vez cada mes. Y también es una manera de evangelizar con el ejemplo, ya que inspira a otros a hacer lo mismo.

Son solo tres ejemplos de las muchas cosas que podemos hacer para aumentar nuestra espiritualidad en este nuevo año, y en nuestras próximas publicaciones iremos abundando en otras actividades que podemos hacer para ir aumentando la espiritualidad en nosotros.

                                      Y recuerda siempre: somos Sal y Luz del mundo.


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